Apoyo a la Defensa de la Tierra del Pueblo de Chilón

Libertad para José Luis Gutiérrez y César Hernández

Barcelona, Catalunya, a 8 de abril de 2022.

Compañeras y compañeros de Chilón,

Reciban un saludo afectuoso desde Lumil K’ajxemk’op, la Tierra Insumisa que antes llamaban Europa; y con él nuestro más profundo agradecimiento por mantener su digna lucha y aferrarse de forma pacífica a la defensa de todos sus derechos. Sabemos que caminan por la Vida, la Justicia, la Unidad y la Dignidad para nuestra Madre Tierra y Nuestros Pueblos. Por su lucha incansable, infinitas gracias.

Sepan que con ustedes alzamos la voz, en solidaridad, para exigir el respeto a su derecho a la libre autodeterminación como pueblo tseltal, y el respeto a su derecho a la consulta –previa, libre, informada, culturalmente adecuada y de buena voluntad– antes de la aprobación de cualquier proyecto que impacte en su territorio.

De esta forma, junto con ustedes, solicitamos la cancelación de Cuartel de la Guardia Nacional en el Ejido San Sebastián Bachajón, y expresamos nuestro rechazo a cualquier proyecto que facilite el despojo en su territorio, como el proyecto de la empresa Coca Cola y su planta embotelladora, o el proyecto de la planta hidroeléctrica en terrenos de San Sebastián.

Desde aquí, nos adherimos también a sus exigencias por la libertad de los compañeros José Luis Gutiérrez Hernández y César Hernández Feliciano, y por la exoneración de todos los cargos que se les han imputado, sabiendo que son inocentes y que son además sobrevivientes de tortura y tratos crueles. Libertad, justicia, para ellos y sus familias, además del reconocimiento de que son defensores de derechos humanos, defensores de la tierra, como todas y todos de ustedes.

Hermanas y hermanos de Chilón, acompañamos y apoyamos su camino de lucha pacífica en contra de la violencia, en contra del despojo, por el respeto a su lengua y cultura, y todos sus derechos como pueblo originario. Sepan siempre que son un ejemplo para nosotras y para todas aquellas personas que corren el riesgo de escuchar su palabra.

Hasta que todas y todos seamos libres.